No, no viajo solo. Las apariencias engañan.
Me viaja una piedra preciosa que sabe mirar, ver y leerte el mañana en la lejanía;
Y me viaja un cruce continuo a Ítaca que deconstruye sol y luna en un mismo camino azul al horizonte;
Y asimismo los rasgos de racionalidad que han aprendido de visceralidad y ya nacen espontaneo, más en el corazón que en el cerebro;
Y un recordatorio en un espejo no tan antiguo que me dice que no todo está por hacer y no todo sigue siendo posible;
Y un recién nacido al amor que enamora ilusionado esperanzas a las posibles posibilidades;
Y una afinada voz francesa que en perfecto equilibrio de ternura y firmeza, naturalmente, permite acantilarse/acantilarme en lágrima y hacernos en ello fuertes;
Y de mar de fondo, latiendo luz para darme vida, me viaja sangre, con una geografía de liquidez flexible que valida viabilidades a aquello que honestamente vale la pena de mí.
Con manos de viento recuperadas después del tiempo lo envuelvo todo, y las manos y el viento, perdidas las sincronías, se enfrentan, luchan y ambos ceden. Ambos, luego, ganan, y mutuamente, firmando acuerdos, atienden sus heridas que se cierran injertando en ellas aprendizajes y crecimiento.
Sonrisas y lágrimas, pasos y giros blancos tatuados de argento azulado que me preocuparé de tintar con palabras inteligibles.
Mientras, los viajeros viajándome me llenan de aguas y sales cuando las emociones transpiran en lágrimas o cuando haciéndonos el amor nos destilamos cuerpo y alma...
Izo velas y arraigo en el mar, pues, con más sal y agua ya que ambas, agua y sal, con la bendición del viento, se convierten en aprendices de lenguajes de gravidez.
(Francesc Picas - A Ultramar)
Sin lugar a dudas, si tuviese que haber escrito algunas palabras éste día, serían éstas que nos comparte Francesc en su último A Ultramar.
Hoy me alegré al volver a ver su cara en esta foto. Y lo sentí como un "regalo de cumpleaños", aunque no haya sido así...
Cumplo 28 años, y llevo casi 20 admirándolo. Por eso, por todo este sentimiento que me acompaña durante tanto tiempo, y que me define en quién soy, voy a confesarles uno de los tres deseos de mi torta. Deseo que siempre existan sus letras. Que nunca se calle. Y que jamás, de los jamases (o como se escriba :S) se olvide de que siempre tendrá una personita que lo quiere mucho.
¡Feliz Cumpleaños para mí.!
Prometo guardarles un pedacito de mi torta de chocolate!
Besos
Maru